Francisco Candel y la Guerra Civil en el grupo de casas baratas, Eduardo Aunós.

Tras la publicación de la novela «Donde la ciudad cambia su nombre»publicada en 1957, es donde Francisco Candel alcanza una popularidad sin precedentes, pero llena de críticas y malestar general manifestado por sus conciudadanos al ser alguno de éstos puestos en evidencia por sus fechorías cotidianas y pensamientos, a veces con picardía y otras por ignorancia, que sin malicia alguna brotaban sin intención de ofender a nadie, pero que sin miedo alguno se defendían y se integraban sin tapujos con las enrevesadas palabras catalanas que según Candel -más enrevesadas para sus estropajosas lenguas murcianas de sus moradores-, y con una vida muy diferente a la que habían llevado en sus lejanas tierras, y que ahora eran vistos como personas trabajadoras pero distanciadas de la sociedad barcelonesa,  donde ellos se encontraban sumisos y olvidados en una barriada creada para tapar las vergüenzas de Barcelona. Todos o casi todos sus habitantes procedían  de Montjuïc y de Magòria, donde sus moradores vivieron o mejor dicho resistieron a la dureza extrema de una guerra que destrozo la vida de muchas familias, perdiendo a sus maridos, hijos y seres queridos. Sin embargo, se sentían personajes libres dentro de su desgracia en un rincón   escondido y lejano de la realidad cotidiana de la ciudad, donde todos o casi todos exponían sus formas de ser y realizaban hechos sin maldad, pero a la vez con mucha imaginación, cosas simples y sencillas de aquellas primeras gentes que fueron ocupando las 533 viviendas que el Patronato de la Habitación había construido para tapar las miserias del barraquismo.

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La bomba de las casas baratas

 «No cayó ninguna bomba de pleno. Una al lado mismo y nada más».

Francisco Candel, escritor.
Por fortuna solamente cayó una bomba cerca de las Casas Baratas del Grupo Eduardo Aunóspero ¿se imaginan ustedes si los pilotos italianos hubieran abierto las espezoneras de sus aparatos cargadas de bombas? El desastre hubiera sido mucho mayor de lo que fue, porque aunque a simple vista parece que no sucedió nada, sucedió y mucho como veremos a continuación. Le he dado muchas vueltas al tema llegando a la conclusión de que el piloto que lanzó la bomba, o lo hizo por venganza, o se dio cuenta de que lo que había debajo de sus pies era un grupo de viviendas y supo rectificar a tiempo, porque sino no se entiende, solamente habían lanzado tres bombas muy cerca del Cuartel de San Carlos en la Barceloneta de Barcelona, cuando fueron sorprendidos por las baterías antiaéreas y por los reflectores de luz teniendo que huir sin descargar sus bombas sobre los objetivos que tenían previstos. El motivo que indujo al piloto italiano a lanzar la bomba no lo sabremos nunca, pero los daños que ésta causó si quedaron reflejados para siempre entre los ciudadanos afectados de la barriada, entre ellos mi abuelo Antonio Santafé Martín.
 
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