Todo empezó cuando un buen día estaba parado con mi vehículo comercial en un semáforo del Paseo de Colón, donde a mi izquierda podía ver el edificio de Correos y Telégrafos junto a la plaza de Antonio López que hace esquina con la Vía Layetana. Desde ese punto, se puede apreciar con gran claridad el gran escudo de armas que hay sobre la puerta de la entrada del edificio. Mientras esperaba que se reiniciara la marcha, pude ver con bastante objetividad que en el centro de dicho escudo había otro más pequeño cuya silueta se semejaba bastante al escudo del C.F. Barcelona. Me quede muy extrañado y confuso porque cuanto más lo miraba más me convencía de que así era. De repente, los vehículos empezaron a circular y salí de mi asombro pensando que tendría muchas oportunidades para observarlo, ya que por mi trabajo pasaba por allí casi todos los días.
Texto: Antonio Santafé