Tras la publicación de la novela «Donde la ciudad cambia su nombre», publicada en 1957, es donde Francisco Candel alcanza una popularidad sin precedentes, pero llena de críticas y malestar general manifestado por sus conciudadanos al ser alguno de éstos puestos en evidencia por sus fechorías cotidianas y pensamientos, a veces con picardía y otras por ignorancia, que sin malicia alguna brotaban sin intención de ofender a nadie, pero que sin miedo alguno se defendían y se integraban sin tapujos con las enrevesadas palabras catalanas que según Candel -más enrevesadas para sus estropajosas lenguas murcianas de sus moradores-, y con una vida muy diferente a la que habían llevado en sus lejanas tierras, y que ahora eran vistos como personas trabajadoras pero distanciadas de la sociedad barcelonesa, donde ellos se encontraban sumisos y olvidados en una barriada creada para tapar las vergüenzas de Barcelona. Todos o casi todos sus habitantes procedían de Montjuïc y de Magòria, donde sus moradores vivieron o mejor dicho resistieron a la dureza extrema de una guerra que destrozo la vida de muchas familias, perdiendo a sus maridos, hijos y seres queridos. Sin embargo, se sentían personajes libres dentro de su desgracia en un rincón escondido y lejano de la realidad cotidiana de la ciudad, donde todos o casi todos exponían sus formas de ser y realizaban hechos sin maldad, pero a la vez con mucha imaginación, cosas simples y sencillas de aquellas primeras gentes que fueron ocupando las 533 viviendas que el Patronato de la Habitación había construido para tapar las miserias del barraquismo.
Casas Baratas-Grupo Eduardo Aunós 1929. Primera Parte.
Son tantas las páginas y artículos que se han escrito referente a los inmigrantes que llegaron a Barcelona durante los años que se tardó en realizar las obras de urbanismo de la ciudad y de la Exposición Internacional de 1929, que cuesta hilvanar tanta información para analizar y contrastar en un solo artículo, sobre la excepcional aventura que conllevaba llevar a cabo un proyecto de carácter internacional que transformaría la ciudad condal y en particular la montaña de Montjuïc, donde se llevarían a cabo todas las infraestructuras de los tres sectores donde estarían representados; la industria, el deporte y el arte, para que fueran admiradas por el resto del mundo. Tal y como ocurrió en 1888 con la Exposición Universal, la Exposición de 1929, supuso un gran impacto para la ciudad de Barcelona, convirtiéndose en el motor de la modernización y al mismo tiempo, en una herramienta propagandística con la que se intentaba difundir una nueva imagen de progreso a nivel urbanístico, no solo en la zona de Montjuïc que es la que trataremos en este artículo, ya que por toda la ciudad se realizaron importantes obras de mejora y acondicionamiento, lo que originó una bolsa o demanda obrera que hizo fluir en Barcelona grandes masas importantes de inmigrantes de todos los rincones de España. Todo estaba pensado y estudiado hasta el impulso económico y social que representaría una obra de tal calado y con dimensiones internacionales.
….Es Barcelona la más celebre ciudad de mercaderías de la España citerior en los pueblos que antiguamente se decían laletanos, y fue la primera silla real de los godos en España….
(Anales del año ochenta y cinco, con el título de Relación del viaje hecho por Felipe II, en 1585, a Zaragoza, Barcelona y Valencia, publicada de Real Orden por Alfredo Moral Fatio y Antonio Rodríguez Villa, Madrid, 1876, pág. 121.)
La Marca Hispánica se convirtió en un territorio defensivo de los francos carolingios, aunque su organización fue absolutamente desordenada dividiéndose sus tierras en pequeños condados que siempre dependían del monarca reinante. Al frente de estos condados, surgirían los personajes conocidos como condes francos, nacidos en los lugares de residencia, aunque sus mandatos no serían siempre hereditarios, al menos durante sus inicios. Su carácter militar realzaba la titulación de sus jefes, nobles de sangre, de los que el de Barcelona, resguardado y protegido por las sólidas murallas romanas de la ciudad, gobernaba sobre la posición más arriesgada y difícil, la frontera de choque contra el islam, siendo el marqués por excelencia, por lo que se entiende que era el defensor de una frontera, la marca hispana o hispánica.
Ya es el momento para manifestar los argumentos encontrados durante estos últimos meses de investigación sobre la batería de costa Montjuïc «1», conocida como el «búnker invisible o fantasma». Sin embargo, esta decisión no ha sido tomada a la ligera sino con cautela y una recopilación de resultados elocuentes tras muchas horas de trabajo de campo, para descubrir pruebas palpables y visibles que demuestran con profundidad la investigación global que, con una tarea personal y minuciosa me llevó a ver con claridad todo aquel terreno transformado que rodea el actual Mirador del Migdia, y que me transportó a la época de la posguerra.
ANÁLISIS Y RAZONAMIENTO DEL BÚNKER INVISIBLE DE MONTJUÏC
TEXTO: ANTONIO SANTAFÉ
Es evidente y normal que vayan floreciendo nuevas noticias y comentarios desde la esfera de aquellos que ofrecen aportaciones sobre el «búnker invisible o fantasma de Montjuïc», no aportando en la actualidad una línea a seguir con pies y cabeza, desconociendo el verdadero origen del descubrimiento. El lugar lo requiere y no nos dejan de asombrar los hallazgos encontrados en la montaña de las civilizaciones pasadas. Sin embargo, los datos de información que aportan algunos de ellos en su argumentación, como fechas de construcción y objetivos militares, no ofrecen la confianza y la veracidad de lo expuesto, ya que parecen noticias y comentarios realizados a palo de ciego, esto produce una sensación irreal motivada por la falta de una documentación oficial que ejerza de realismo. La cuestión en sí, no es ofrecer una noticia que enturbie la transparencia de la información, sino realizarla con coherencia y solvencia. Lo malo de estas noticias sin un argumento contrastado, es que desarbolan la buena labor que realizan las personas que sin interés alguno y poniendo medios propios, pasan horas, días y meses investigando sobre el terreno o en una sala de cualquier archivo para transmitir una noticia con un buen fundamento, cosas que ocurren muy a menudo y, las cuales, dañan a la sensibilidad de las personas entusiastas e ilusionadas por aportar la recuperación de hechos sucedidos en épocas pasadas.
PRÓLOGO
Estando convencidos de que la montaña de Montjuïc guarda todavía muchos secretos en su interior, el descubrimiento de un búnker en la montaña no dejó de provocar sorpresa y confirmación a partes iguales. El hecho de que la montaña estuviera bajo el control militar durante siglos, ubicando a placer instalaciones aquí y allá, estableciendo perímetros prohibidos y por supuesto, todo en el más estricto secreto militar (incluso hoy en día), hace que a nivel ciudadano el desconocimiento de muchos elementos sea absoluto. Posteriormente al revertir al ayuntamiento las antiguas instalaciones militares de la montaña tampoco es hoy garantía de transparencia para esos secretos. Para conocerla es necesario consultar todo aquello que esté disponible, que no es todo lo que existe, en archivos controlados con permisos, autorizaciones, complicados procesos para pedir cita y aún con todo, limitado muchas veces a toda aquella documentación que está catalogada. Otra vía es la de ir recogiendo todas las leyendas, comentarios, fotografías antiguas o recuerdos e ir a comprobarlas in situ si es posible.
Por lo general mientras los militares dominaron la montaña se hicieron muy pocas modificaciones externas, entendiendo que los diferentes perímetros del Castillo tenían más permisividad de actuación conforme se alejaban de él. De este modo, Montjuïc tuvo en sus zonas más bajas campos de cultivo, cobertizos, alguna vivienda, merenderos e incluso ermitas y un castillo medieval –Castillo de Port-.
En los anteriores capítulos, hablamos sobre la importancia de la línea del tranvía nº 48 y del tren de la Potasa para el desarrollo de la Marina de Sants. Estos, como ya sabemos, formaban parte del paso a nivel de Casa Antúnez, sin embargo, no podemos olvidarnos de la importancia vital que supuso la vía ferroviaria de la línea de Valls a Barcelona que, indudablemente, por su antigüedad, fue la primera en expandir sus raíles por el Delta del Llobregat oriental, desde Vilanova i la Geltrú hasta la estación de pasajeros de San Beltrán, a través de la montaña de Montjuïc y paralela a la carretera del Morrot, hasta llegar al puerto de la Ciudad Condal.
Por lo cual, en este capítulo, veremos con la ayuda de diversos autores, cómo se estableció la llamada línea de Vilanova, su desarrollo como línea de pasajeros y posteriormente de mercancías, así como la creación de la estación de Casa Antúnez, barriadas colindantes de la Marina y el bombardeo sufrido el 6 de noviembre de 1938 durante la Guerra Civil.
Ante-proyecto de construcción de una bataría en Caverna
Cuando llevaba a cabo la investigación en la Comandancia de Obras nº 3 de Barcelona, (1) sobre las baterías de costa Álvarez de Castro y Buenavista (Bellavista), el suboficial que me atendió, me puso sobre la mesa un expediente de ante-proyecto de una batería en caverna en la montaña de Montjuïc. Sin duda alguna comprendí en aquel preciso instante, la importancia de aquel dossier, el cual podía ofrecerme una interesante e inesperada información sobre el pensamiento por parte del Ejército de trasladar la unidad de 15’24 cm, Vickers ubicados en el Castillo de Montjuïc, a un nuevo emplazamiento al Sur de éste.
Montjuïc y la Estación General de Mercancías
Tercera Parte
EL PASO A NIVEL DE CASA ANTÚNEZ
FOTOGRAFÍA Web: TRANVÍA 48 (1963)- LOS AUTOBUSES DE BARCELONA. AÑO 1954. FOTO, RIBERA – R.E.N.F.E.
BOMBARDEO SOBRE LAS BARRIADAS DE PLUS ULTRA, CAN TUNIS Y SANT ANDREU
11 DE ENERO DE 1938
Las barriadas asentadas en la falda de la montaña de Motjuïc, pertenecientes a la Marina del Delta del LLobregat oriental, y las situadas al Norte de la ciudad, fueron también atacadas en 1938 por la aviación italiana, tal y como argumenté en un artículo publicado en mi blog el 4 de noviembre de 2007. No obstante, en aquella ocasión, realicé un resumen de dichos ataques sin profundizar en el contenido global de los hechos ocurridos. Sin embargo, debido a la escasa y difusa información escrita que podían ofrecer los diferentes historiadores consultados, pretendo como objetivo principal, ordenando las investigaciones realizadas y las informaciones encontradas, aproximarme a la realidad de lo que sucedió, tratando de explicar los motivos principales de éstos ataques, que más bien fueron una demostración de superioridad armamentística de los aliados de Franco, que tenían bien localizadas las empresas de guerra desde que la Generalitat de Catalunya creó la Comisión de la Industria de Guerra (CIG).(1)